Su hermano, que ya pertenecía al círculo del rasūl Allāh, lo incitó a hacer las paces con el nuevo orden.
Buḫayr, a su vez, respondió en una qasida que sólo Alá, no 'Uzza y Allāt, diosas preislámicas, es la fuente de la salvación.
Acorralado, sin encontrar protección, se da cuenta de que "el ethos jāhilī se había ya roto"[2] y busca entonces hacer las paces con el Profeta.
La parte más famosa del panegírico es la siguiente (en traducción de Jaime Sánchez Ratia.
[5]): inna ar-rasūla la-seyfun yustaḍā'u bihi - muhannadun min suyūfi llahi maslūl El Profeta, en verdad, es una luz que todos buscan, una de las espadas de Dios, desenvainada.