Sin embargo, sorprende el empeño de este faraón por declarar su origen y por suplantar en numerosos monumentos a los anteriores reyes.Incluso se halla prácticamente en la misma vertical que la famosa KV62, la tumba de Tutankamón.El perfil del lugar es muy simple, con una total ausencia de cámaras anexas y el eje recto que presentan todas las tumbas posteriores al reinado de Ramsés II.Tras el tradicional pasillo de entrada (A) y los tres corredores con una escasa inclinación descendente (B, C, D), entramos en una sala en la que debería existir el pozo funerario (E), pero cuya construcción ya no se realizaba: la presencia del pozo era tan sólo ritual, como en el resto de tumbas de la dinastía XX.Tras este especial lugar, encontramos la sala de los pilares (F), con una rampa descendente que lleva a dos pasillos inferiores (G, H) y la antecámara (I).De todas las tumbas del Valle abiertas en la antigüedad, KV9 es a todas luces la más visitada y la que mayor interés despertó entre los viajeros, llegando a bautizársela como la "Tumba de Memnón", creyendo que allí estaba enterrado el legendario rey hijo de la diosa Eos.No obstante, sabemos que en 1888 Georges Daressy trabajó en el lugar y encontró algunos pequeños fragmentos del ajuar funerario, vasijas o monedas pertenecientes a los turistas grecorromanos.Del enterramiento de Ramsés V no hay ni rastro.Por si esto no fuera poco, el faraón sufría de hernia inguinal y lo que es peor, se ha hallado un agujero en la cabeza que parece haber sido realizado poco antes de morir.No queda nada claro, pero analizando con cuidado la momia se pueden hallar hasta tres posibles causas de su fallecimiento.