A continuación hizo una gira por Europa en la primavera de 1947, haciendo recitales en Roma, Venecia, Nápoles, París, Londres y Salzburgo.
Katchen tuvo siempre un calendario apretado y desplegó multitud de ocupaciones.
No obstante, se ha podido reprochar a Katchen un juego demasiado virtuoso y poco profundo.
Katchen tiene que esperar a sus últimos años para obtener críticas más apreciativas, remarcando sobre todo, durante un concierto centrado en Beethoven, « una sensibilidad y una madurez asombrosa ».
Julius Katchen actuó con los más grandes directores de orquesta de su momento, como Eugen Ormandy, Pierre Monteaux, Ermest Ansermet, Karl Böhm, Sir Georg Solti, Rafael Kubelik, Eugen Jochum, Sir John Barbirolli, Ataulfo Argenta, Paul Kletzki, André Cluytens, y otros.
Katchen se sabía gravemente enfermo y nos lega en estas tres grabaciones una especie de testamento musical.
Los otros invitados fueron Max Lorenz, el reconocido tenor alemán y la pianista Alícia de Larrocha.