Su infancia transcurre en Galicia y Castilla y León en dónde intenta acceder a la Academia de Artillería, puesto que no consigue debido a un problema físico.
En 1873 se instala en Gijón y comienza a dedicarse al estudio de la historia y cultura de Asturias.
Aparte de esta labor inicia sus colaboraciones con diferentes periódicos del ámbito regional como El Productor Asturiano, El Eco de Asturias, Revista de Asturias o Diario el Carbayón y en Madrid en La Ilustración Gallega y Asturiana (1879-1982).
Para estas colaboraciones usaba a menudo el seudónimo Don Diego de Noche.
Fue gran admirador de la figura de Jovellanos escribiendo numerosas obras en torno a la figura y la obra del ilustrado.