[1] Lozano Díaz fue un perito mercantil y contador público, lo que le valió un puesto en la Rosario Mining Company de San Juancito durante sus años formativos.
Descontento el expresidente Tiburcio Carías Andino con los programas de liberalización impulsados por el presidente Gálvez, y a pesar de su avanzada edad, decidió postularse para presidente y aseguró la nominación del Partido Nacional (PNH).
Ramón Villeda Morales ganó una pluralidad de gran tamaño con 121.213 votos, Tiburcio Carias Andino recibió 77.041, y Abraham Williams Calderón llevó a 53.041.
Sin embargo, bajo las leyes de Honduras, era necesario obtener una mayoría para ser elegido presidente.
Para complicar aún más las cosas, Gálvez se fue a Miami supuestamente para recibir tratamiento médico, aunque algunas fuentes aseguran que este simplemente huyó del país, dejando el gobierno en manos del vicepresidente Julio Lozano Díaz.
En esta coyuntura, Lozano Díaz repentinamente suspendió la legislatura y anunció que actuaría como presidente hasta nuevas elecciones.
Lozano Díaz comenzó su periodo como presidente con una amplia base de apoyo que erosionaron rápidamente.
Un Consejo de Estado, encabezado por un miembro PLH, pero incluidos los miembros de los tres principales partidos, fue nombrado para reemplazar el congreso suspendido hasta que una asamblea constituyente fuese elegida para escribir una nueva constitución.
La opinión pública, sin embargo, se estaba convirtiendo cada vez más hostil al presidente, y los rumores de su inminente caída había comenzado a circular.
Los resultados parecían confirmar estas acusaciones, ya que el PUN fue declarado ganador de todos los cincuenta y seis asientos del Congreso.
La mayoría había recibido algún tipo de formación militar por asesores militares norteamericanos, ya sea en Honduras o en el extranjero.
De esta manera comenzó lo que en las próximas décadas sería el comienzo del intervencionismo militar en la política hondureña.