Julia Alcayde Montoya

[1]​[2]​ Pronto destacó por su capacidad para plasmar emociones con lápices y pincel a través de diferentes técnicas como el óleo, la acuarela o el pastel.Al mismo tiempo que desarrollaba su actividad artística mantuvo una intensa relación con destacadas figuras de la política y la cultura, entre los que destacaban los escritores Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán.Su producción artística se especializa en bodegones, floreros y escenas de caza, aunque también trabajó el retrato, ente los que destaca el dedicado a su padre o su propio autorretrato que hoy en día permanece expuesto en el Museo Jovellanos de Gijón.La composición de floreros y bodegones le proporcionaron un sólido y duradero éxito; lo que permitió que algunos críticos la situaran, como bodegonista, a la altura de Zurbarán, Sebastián Gessa, Isidre Nonell o Juan Gris.[1]​ Hoy en día su obra se encuentra en diferentes museos (Museo del Prado, Museo Jovellanos, Museo de Bellas Artes de Asturias[6]​o Museu Nacional d´Art de Catalunya), instituciones públicas y colecciones particulares, no sólo en España sino en ciudades como Múnich, Berlín, Berna, Zúrich, Chicago o Buenos Aires, donde en su momento participó en exposiciones internacionales.