Se formó en las categorías inferiores del CH Ascó, donde rápidamente destacó por sus habilidades defensivas y su capacidad para jugar en la posición de pivote.
Su capacidad para anotar y su versatilidad defensiva le valieron reconocimiento a nivel nacional, consolidándose como una de las jóvenes promesas del balonmano español.
En aquel equipo nacional había jugadoras de primer nivel como Ivet Musons, María Prieto O'Mullony, Emma Boada, Merche Castellanos, Jennifer Gutierrez, Paula García o Alicia Fernández.
A diferencia de su etapa anterior, Judith decidió jugar por afición, sin la presión[10] que conlleva la élite deportiva.
Su retorno se vio motivado en parte por la presencia de Dolores Martín como entrenadora, quien había sido una influencia positiva en su carrera anterior.