Se casó con Catalina de Medina, con la que tuvo cuatro hijos: Hernando, Juan, fray Francisco y María.
A continuación marchó a Palencia donde se desarrolló la mayor parte de su actividad para trabajar en el retablo mayor de la catedral donde hizo el Calvario del ático con un estilo propio muy dramático; el cuerpo del cristo se representa seco con su piel muy pegada al esqueleto.
Gracias al estudio de este Calvario se han podido atribuir a Valmaseda otras obras cuya autoría estaba todavía en duda.
Muy refinado es el panel central, con la Imposición de la casulla a san Ildefonso.
[4] Se cree que también trabajó como maestro del retablo mayor de la iglesia de santa Columba, en la localidad palentina de Villamediana; se le atribuyen algunas figuras de dicho retablo y un Ecce Homo exento, en el que se aprecia el estilo dramático y expresionista característico del maestro.