En este contexto, creó lienzos inspirados en la flora y fauna, utilizando como modelo las plantas traídas por Francisco Hernández durante su viaje científico por América.
Además de sus habilidades artísticas, desempeñó un papel crucial como el primer bibliotecario del monasterio, compartiendo esta responsabilidad con Benito Arias Montano.
En sus páginas, el autor presenta noticias relacionadas con las obras del monasterio, la comunidad jerónima y la religión católica.
Estos temas parecen haber sido sus principales motivaciones al recoger y registrar información, ya sea para su uso personal o para un reducido grupo de monjes.
Esta labor lo convierte en una fuente documental relevante, consultada por estudiosos posteriores, incluyendo a Sigüenza y otros historiadores jerónimos.