Juan de Matera

En Bari fue acusado de hereje, por la austeridad que predicaba, y fue salvado por el príncipe normando Grimoaldo Alfaranita, que le liberó y le dejó ir donde quisiera.

Volvió a Ginosa y, en 1129, llegó a San Michele Arcangelo, al Monte Sant'Angelo de Gargano (provincia de Foggia).

En 1130, en el antiguo monasterio de San Gregorio de Pulsano, que reconstruyó, fundó una congregación monástica en la que le confirió la Regla de San Benito, seguida con el máximo rigor; en poco tiempo, la comunidad ya tenía cincuenta monjes.

Su casa natal, en Sassi di Matera, se transformó en iglesia rupestre, y fue nombrada Purgatori Vell.

Sus reliquias (Sacra Ossa, o "Santos huesos") se veneran en la Catedral de Matera desde 1939,[1]​ en una urna de plata.