Juan Serrano (?
- Sevilla, 24 de febrero de 1402) fue un eclesiástico castellano que ocupó las dignidades de obispo de Segovia (1388-1389) y de Sigüenza (1389-1402).
Fue el último prior seglar del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, pues estando en el cargo Juan I de Castilla lo entregó a la Orden de San Jerónimo.
[1][2] Tras la muerte en 1401 del arzobispo de Sevilla Gonzalo de Mena, el rey Enrique III presentó a Serrano para sucederlo en la sede hispalense, pero en el contexto del Cisma de Occidente el papa Benedicto XIII intentó imponer a su sobrino Pedro de Luna, y Serrano nunca fue consagrado.
Al año siguiente murió envenenado; en el proceso que se siguió, los testigos acusaron al arcediano Gutierre Álvarez de Toledo,[3]quien tras pasar cinco años detenido en la Santa Sede, fue absuelto de los cargos.