Juan se va por su cuenta, creyendo que toda esperanza está perdida.
Sin embargo, es recibido por misteriosas gaviotas de otras tierras que le aseguran que su talento es único, y con ellas, Juan se entrena para convertirse en un ser independiente y orgulloso de sus creencias.
La película fue nominada a los Premios de la Academia de 1973 a la Mejor Fotografía (Jack Couffer) y Mejor Montaje (Frank P. Keller y James Galloway).
La película fue muy criticada ya que en el momento de su lanzamiento en 1973.
Roger Ebert, quien sólo le concedió uno de cada cuatro estrellas, confesó que él salió de la selección, escribiendo: "Esto tiene que ser el mayor pseudocultural, los aspirantes a la estafa metafísica del año".