El retrato de Juan Martínez Montañés fue pintado por Velázquez en 1635-36 y se conserva en el Museo del Prado.
Actualmente, algunos autores han identificado al retratado como Alonso Cano (1601/1667), aunque son más numerosos, sin embargo, los que piensan que se trata de Juan Martínez Montañés.
Montañés fue requerido para realizar en barro un busto del rey Felipe IV, que a su vez serviría como modelo al escultor florentino Pietro Tacca, que iba a realizar en bronce una estatua ecuestre de dicho rey.
Velázquez eligió el momento en que el escultor está modelando con su palillo el busto del rey.
La cabeza del rey se muestra como un simple esbozo.