Juan José García Carrasco Gómez Benítez
Gracias a su trabajo, a la acogida que le brindó Vicente Marrón, ganadero soriano con casa comercial en Cáceres, y a la decisiva protección posterior que le prestó la marquesa de Camarena la Real, Cayetana de Ovando y Ulloa, fue abriéndose paso desde sus inicios como tratante de lanas hasta convertirse, a comienzos del siglo XIX, en el principal exponente de la burguesía comercial extremeña.[2] Durante la Guerra de la Independencia su enorme patrimonio le permitió realizar contribuciones extraordinarias, tanto al ejército francés como al español, que permitieron aliviar las cargas bélicas que hubiera debido soportar la población cacereña, hecho que le confirió gran popularidad.[2] Desde temprana edad aparece ligado a la causa del liberalismo.[2] A su regreso se puso al frente de las empresas de su padre, que ahora llevaban por nombre comercial «Don José Carrasco e hijos».Junto a su hermano Rufino y al marido de su hermana Teresa, Juan Donoso Cortés, se instaló en Madrid en los últimos momentos del reinado de Fernando VII y entabló útiles conexiones políticas con la reina María Cristina, a quien decidieron prestar su apoyo en el conflicto sucesorio que dio lugar a las guerras carlistas.