Juan Joaquín Moreno de Mondragón
Tres años después se le otorgó el mando de la fragata Jesús Nazareno siendo incorporado a la expedición contra la Luisiana.En 1780 al declararse la guerra contra Reino Unido se le entregó el mando de una división compuesta por el navío San Miguel, las fragatas Rosario y Gertrudis y el jabeque San Luis para vigilar las aguas del estrecho.Se incorporó a la escuadra al mando del Teniente General Luis de Córdova en la que prestó sus auxilios.Estando en esta comprometida situación optó por prender fuego a su navío para evitar que cayera en manos enemigas.Cuando Génova fue atacada y se vieron obligados a retirarse, se encargó de que pudiesen embarcar todos los toloneses que quisiesen hacerlo, jugándose en este acto su vida y la de su división.Participó en 1797 en la batalla del Cabo de San Vicente a bordo del navío Príncipe de Asturias .Consiguió rescatar al navío Santísima Trinidad donde se encontraba el general D. José de Córdoba que se veía en una situación muy comprometida frente a los ingleses, logrando hacer retroceder a la escuadra británica.Esta batalla resultó una derrota para la Armada, pero sí se consiguió gracias a la acción del general Moreno poner punto final al combate evitando daños mayores.Tras la batalla, los enemigos hicieron un reconocimiento de las acciones que llevó a cabo Moreno.[3] En 1800 tuvo lugar el que fue sin duda el más brillante acontecimiento de la vida del General Moreno.Dos horas después del desembarco, los 500 hombre de Moreno se enfrentaron con la vanguardia inglesa con la mayor bizarría.Al amanecer del día siguiente las tropas españolas tuvieron que retroceder debido a la superioridad y dureza del ataque enemigo, pero con tal orden se organizó esta retirada por su general Conde de Donadio, que los ingleses no se atrevieron a perseguirlos.