Tuvo cuatro hijos: Rosario, Mercedes, Joaquín y Francisco Javier.
Bernardo O'Higgins, íntimo amigo de su familia, no parecía abrigar la misma esperanza, puesto que al despedirse precipitadamente dijo que «Carrera no más tiene la culpa de cuanto pasa».
Por orden del general Osorio fue desterrado a Juan Fernández en la corbeta Sebastiana, donde lo acompañó su hija Rosario Rosales; tras 27 meses, regresó a Santiago el 25 de marzo de 1817.
En el Museo Histórico Nacional, se conserva una levita de su propiedad.
Este ángel es la primera escultura que existió en el cementerio y fue enviada por su hijo Francisco Javier Rosales desde Europa.