es una tradición propia del budismo japonés que se realiza en el momento del paso del Año Viejo al Año Nuevo.
Es la actividad que culmina el Ōmisoka y da inicio al Año nuevo japonés, y se realiza en las campanas de los templos budistas.
[1] En el joya no kane se realizan 108 campanadas.
El número 108 es considerado sagrado en el budismo y cada campanada hace que quienes la escuchen eliminen de su corazón los 108 defectos humanos, entre ellos el deseo, la posesión, la ira y la envidia.
También se asocia con la remoción de las «cuatro y ocho formas de sufrimiento» (四苦八苦, shikuhakku?