A la muerte de su maestro, es nombrado, con apenas 20 años, secretario intérprete para las lenguas orientales.
Dos años tarda en justificar su elección en la citada Academia, publicando una historia general de los hunos, turcos, mongoles y otros tártaros, lo que dio una gran reputación.
Renovó y publicó la obra del jesuita misionero Joseph Marie Amiot (1718-1764), "Arte militar de los chinos".
Asimismo realizó sucesivamente los siguientes trabajos: censor real, cuidador de las antigüedades del Louvre y miembro del comité de la publicación "Notices et extrait des Manuscrits" y del "Journal des Savants", escribiendo gran número de artículos.
Dejó obras escritas a la vuelta a su patria sobre sus viajes a Pekín y Manila, sobre el planisferio celeste chino, los cometas conocidos y observados por los chinos, observaciones sobre la obra manuscrita de un historiador árabe llamado Masoudi concerniente a la historia de China, y otras.