Durante su estancia en la capital salmantina se integra en ambientes intelectuales de la época, con figuras como Filiberto Villalobos, Fernando Íscar Peyra, Federico de Onís y Cándido Rodríguez Pinilla.
A su vuelta, transcurre periodos en Madrid, su Alba de Tormes natal y Barcelona.
En 1926, debido a su defensa pública de Unamuno, es desterrado por el gobierno de Miguel Primo de Rivera a Huesca,[3] ciudad en la que participa en la vida pública, colabora con periódicos locales y continúa con la vida bohemia que le caracterizaba.
Dentro de la época regeneracionista en la que vivió, José Sánchez Rojas destacó dentro de los ambientes que frecuentaba como republicano y socialista.
Además se pronunció en numerosas ocasiones como defensor de su tierra.