Siempre vivió como un cabal liberal, siendo constantemente perseguido por sus ideas y opiniones.
Tras restaurarse la república, figuró en varios períodos como diputado para el Congreso General.
Además de escribir poemas líricos, ayudó a cultivar el drama con un sentido artístico.
A Rosas Moreno se le ha llamado "El poeta de la niñez" por sus grandes obras poéticas y dramáticas dirigidas a los niños, tal como "El Ratoncillo Ignorante".
Comúnmente es considerado como el mejor fabulista mexicano; sus apólogos son de los más notables que se han escrito en México.