José Mauro de Vasconcelos

Ejerció diversos empleos, que por lo general solo le permitían subsistir.

Posteriormente al regresar a Brasil, trabajó con los hermanos Villas-Bôas, explorando la cuenca del río Araguaia.

De su contacto con los garimpeiros durante esta aventura provino la inspiración para su primer libro, Banana Brava, publicado en 1942 cuando tenía 22 años (editado como Hombres sin piedad en los países de habla hispana).

Rosinha, mi canoa (1962) confirmó el favor del público hacia su trabajo.

Este libro, en el que rememora su infancia en Bangu, forma parte de una tetralogía autobiográfica no ordenada cronológicamente, integrada por Vamos a calentar el sol (1974), sobre su traslado a Natal; Doidao (1963), sobre su adolescencia; y Las confesiones de Fray Calabaza (1966), sobre su vida adulta.