José María Guerrero

José María Guerrero de Arcos y Molina (León, 1799 - Nicaragua, 1853), abogado y político centroamericano de inclinación conservadora republicana.

José María, en primeras nupcias fue casado con Juana Casco con quien procreó a José Leocadio, Paula y Manuela del Carmen Guerrero de Arcos y Casco; en segundas nupcias fue casado con Esmeralda Guerrero de Arcos, hija de Maximino Guerrero de Arcos y Joaquina Guerrero, con quien procreó a Máximino, Esmeralda, Valeria, José de la Luz, José Valentín, Miguel Gerónimo Guerrero de Arcos.

Las tropas unidas de Nicaragua y Honduras se unen para invadir a El Salvador, que aún es territorio de idealistas que defienden la unión centroamericana, el 5 de abril de 1839 las tropas invasoras fueron derrotadas por las salvadoreñas al mando del general Francisco Morazán; acto seguido, se le instruye que avancen hacia Honduras y derrocar al gobierno de Juan Francisco de Molina, éste presenta su renuncia al ver que las tropas avanzan hacia Comayagua, el 13 de abril el Ministro Felipe Neri Medina Valderas y Fernández de Córdova asume la presidencia interina,[3]​ en un Consejo de Ministros.

[4]​ Debido a la insurgencia planeada se designa al político abogado Justo Vicente José de Herrera y Díaz del Valle para que se persone como representante diplomático de Honduras, ante el gobierno salvadoreño del presidente Antonio José Cañas y así sostener platicas para evitar una inminente guerra que acabaría con desastrosas perdidas para ambos gobiernos, el “tratado de Paz” se firmaría un 5 de junio de 1839, por los representantes de ambos estados, Abogado y Ministro José Miguel Montoya de El Salvador y Justo Vicente José de Herrera y Díaz del Valle por Honduras.

Ante esto, José María Guerrero y la Asamblea Legislativa maniobran con habilidad política y aprueban la ratificación de un Convenio anglo-nicaragüense en Cuba preservando la soberanía nicaragüense sobre del Gran Lago de Nicaragua, pero los ingleses alcanzan a establecer en el territorio de la costa oriental (caribeña o atlántica) del país un protectorado al apoyar a los misquitos, quienes llegan a constituir la llamada Mosquitia, que sería reincorporada de manera definitiva a la soberanía de Nicaragua en 1894 durante el gobierno de José Santos Zelaya.