[3] Volcado en la posguerra en los estudios coloniales,[4] fue miembro del Instituto de Estudios Políticos (IEP) y constituyó parte del núcleo de pensamiento falangista de la institución.
[6] Se llegaría a interesar en el primer franquismo por la idea de un «espacio vital» español en África así como por veleidades irredentistas en Francia (Rosellón y territorios vascofranceses), Andorra e Italia (Cerdeña).
[7] Su panfleto Reivindicaciones de España (1941) acabaría siendo a la postre usado por la ONU como prueba condenatoria al régimen franquista como programa fascista.
[11] Colaboró en Cuadernos de Política Internacional y su continuación, Revista de Política Internacional, que dirigió.
[6] En 1954 se doctoraría de nuevo, en esta ocasión en Ciencias Políticas.