[4] Cuando era niño, su familia se trasladó a Valladolid, ciudad en la que residió desde entonces.
En 1992 se alzó con el Premio Letras Jóvenes de Castilla y León por su relato largo Conjúrote, triste Plutón.
En esta época también publicó poemas y relatos breves en revistas literarias como Llanuras, Un golpe de dados, El sereno o Veladuras.
En 1999 publicó Historias del lector, obra estructurada en veinte relatos, independientes en apariencia pero íntimamente conectados entre sí.
[8] El grupo musical La Linga abrió con un poema de este libro su disco Canciones atraversadas.
Es una novela coral, ambientada en una ciudad imaginaria del poniente mesetario, llamada Barrio de Piedra.