Cuando la campaña electoral de 1950, Árbenz le pidió a Fortuny que escribiera algunos discursos.
No hay dudas respecto del ascendiente que tenía Fortuny sobre Árbenz.
Partieron rumbo a ese país para comenzar sus respectivos exilios meses más tarde y las peripecias del destierro fueron sufridas por ambos.
[4] Con la intervención militar de Estados Unidos en 1954 José Manuel Fortuny se refugió en la Embajada de México junto a los principales funcionarios del régimen y desde entonces salió al exilio del que no volvió sino recientemente cuando se presentó en Guatemala el libro «Fortuny: un comunista guatemalteco» que contiene sus memorias recopiladas por el escritor guatemalteco Marco Antonio Flores.
[4] Tras salir de Uruguay, vivió durante algún tiempo en Brasil y en Cuba.