Allí empezó a escribir cuentos y obtuvo sus primeros premios.
Cuando su vocación hizo crisis, obtuvo apoyo en el ambiente universitario de Murcia.
Durante la Guerra civil se afilió a la CNT no por ideología, sino para proteger a su familia dentro del bando republicano, aunque no llegó a combatir, ya que trabajaba en la Cruz Roja Internacional gracias a la mediación de un tío suyo, el doctor José Puche Álvarez, que era rector de la Universidad de Valencia y había sido nombrado general por la República.
El otro era republicano y terminó en el exilio francés, pero su hermano consiguió repatriarlo sin consecuencias.
Sus novelas destacan por la fuerza con que aborda hondos conflictos humanos, existenciales y religiosos.
Existe, además, un certamen de novela corta que lleva su nombre.