Llevaba recados y encomiendas desde la ciudad, hasta los frentes del campo.
Sus compañeros de entonces lo describieron como un hombre huraño, prepotente, y malo para andar en el monte, por lo que fue enviado nuevamente a Bogotá.
Continuó en las FARC hasta 1981, cuando, en la VII Conferencia de esa organización Delgado propugnó por abrir un frente urbano, al estilo del M-19.
Varios militantes de las FARC-EP llegaron al Ricardo Franco.
Aplicando la llamada "Justicia Revolucionaria" los amarró de manos y pies, a algunos enterró vivos, a otros les abrió el pecho aún vivos para sacarles el corazón y a mujeres embarazadas les abrió el vientre para separarlas de sus hijos.
[7] El periodista Raúl Benoit afirmó que Javier Delgado colaboraba con los servicios secretos del Ejército Nacional de Colombia.
Las autoridades colombianas no pudieron encontrarlo para arrestarlo entonces, se le emplazó y fue cuando el Juzgado 8.º de Instrucción Criminal con sede en Caloto, (Cauca), lo declaró persona ausente y le designó un abogado.