José Custódio de Faria

Su padre se unió al seminario para completar sus estudios como sacerdote, que había interrumpido para casarse, y su madre se hizo monja y se unió al convento de Santa Mónica.

Su padre tenía grandes expectativas en su hijo y logró enviarlo a Roma para que estudiara un doctorado en teología.

Finalmente, de Faria obtuvo su doctorado y dedicó su tesis a la reina María I, y otro de sus estudios sobre el Espíritu Santo se lo dedicó al papa, quien, impresionado por el trabajo de Faria, lo invitó a predicar un sermón en la capilla Sixtina, en el que él mismo estuvo presente.

Terminó dando cátedras en una universidad francesa y después regresó a París, donde el hipnotismo ganaba importancia.

Afirmaba que dentro del hipnotismo, el magnetismo era tan solo una forma de sueño; todo el proceso se llevaba a cabo en la imaginación del paciente y era provocado por la sugestión.