Tras el final de la Guerra Civil Española marchó exiliado a Francia donde continuó con su militancia política.
[2] Al no encontrar un trabajo aceptable, marchó hacia Camarasa (Lérida), donde la empresa La Canadiense estaba construyendo una presa.
[3] Siendo advertido de su inminente detención, decidió huir a Francia, instalándose temporalmente en Marsella.
En 1924, ingresa en el Ateneo Instructivo Colomense y es nombrado secretario del mismo.
[7] Tras unos meses de encarcelamiento, fue puesto en libertad sin que se presentaran cargos en su contra.
[12] Berruezo, en su camino hacia Francia, se encontró con Boada en Gerona e intentó convencerle de que no regresara a Santa Coloma, pues temía por su vida, pero Boada no siguió su consejo.
Todo debía hacerse en la más absoluta reserva y clandestinidad para evitar que la Gestapo tuviese conocimiento de ello.
[19] Su archivo personal se encuentra depositado en el International Institute of Social History (IISH) de Ámsterdam.