Fue indultado por Fernando VII quien lo nombró diplomático en Suiza e Italia.
Mediante una imprenta portátil publicó varias proclamas intentando desacreditar a Gutiérrez de Lara.
[6] Álvarez de Toledo escapó a Estados Unidos, desde donde mantuvo relación con los insurgentes.
[1] Toledo regresó a España, fue recomendado por el ministro de Estado José García de León y Pizarro al rey Fernando VII quien lo nombró ministro plenipotenciario en Toscana.
Realizó labores diplomáticas para la corona española en los cantones suizos y en Nápoles.
En 1821 fue de nuevo enviado a Francia por Fernando VII, nombrándolo en Bayona el general Eguía jefe de Estado Mayor del ejército que se organizó en las Provincias Vascongadas.
En 1833, a la muerte de Fernando VII, apoyó en Nápoles las aspiraciones al trono de Carlos María Isidro hasta que aquella Corte reconoció a Isabel II, instalándose entonces en París.