El sendero llevaba hacia el norte del centro colonial español en Nueva España, actualmente México hasta Santa Fe en la provincia de Nuevo México.
Actualmente el desierto de la Jornada del Muerto permanece completamente deshabitado y sin desarrollo.
Aunque bastante llana, a los conquistadores españoles les tomaba varios días e incluso semanas para cruzarla con sus cargas, caballos y carretas tiradas por bueyes o a pie.
La primera vez que cruzaron la Jornada del Muerto en 1598, los españoles llamaron el Socorro para agradecer la ayuda que se les brindó.
El monumento Nacional de las Arenas Blancas se localiza en la cuenca del Tularosa.