Jornada de los Gelves (1510)

García Álvarez de Toledo y Zúñiga toma una pica, intentando dar ejemplo para organizar una defensa, pero es muerto por los atacantes.

Las tropas continúan su retirada, deshaciendo los escuadrones amigos en su huido, marchando hasta el punto donde fueron desembarcados.

Muchos mueren ahogados en su intento de escapar: las embarcaciones están sobrecargadas y no admiten más pasaje para no encallarse, como les sucede a un galeón y a una carabela.

Muchos son muertos o presos, otros sobreviven a la mañana siguiente.

Otros sobreviven en los mástiles y Navarro envía dos fustas para que los recojan.

Los desastres se suceden en la retirada, muriendo muchos de sed al no haber podido reaprovisionarse en la isla y teniendo lugar la pérdida de muchas naves por las tempestades.

Se reúnen de nuevo en Trípoli: 30 naves y 5000 hombres embarcados ponen rumbo a Lampedusa, donde pasarán el invierno, mal abastecidos desde Sicilia.