Fue Juan Pablo II quien convocó esta Jornada Mundial de la Juventud pero le correspondió a su sucesor presidirla.
[2] Destacó la continuidad como Pastor de la Iglesia Universal recordando al recién fallecido Juan Pablo II.
Fue precisamente el tema elegido para la JMJ por Juan Pablo II: “Hemos visto su estrella y venimos a adorarle”.
Al día siguiente, por primera vez desde que fue elegido papa, Benedicto XVI visitó una sinagoga en Colonia queriendo mostrar así su deseo de continuar las buenas relaciones de diálogo entre cristianos y judíos impulsadas por su predecesor.
Destacó que la etapa del seminario es privilegiada para dedicarla al discernimiento y la formación.