Durante su infancia tomó contacto con los más pobres, mientras crecía en Campo Los Andes, Mendoza.
Entre sus aportes a esta comunidad deben incluirse también trabajos de cultura popular, como alentar la formación de la murga "Los Gloriosos Intocables" y permitir que el grupo ensayara en las instalaciones parroquiales.
En los últimos años el padre Contreras fue galardonado por diversas entidades públicas y privadas reconociendo su importante labor social en Mendoza.
Uno de estos reconocimientos se produjo en el año 2007, en el cual el Consejo Superior de la UNCuyo, en Mendoza lo nombró doctor honoris causa "como reconocimiento a su trayectoria y a su íntimo compromiso con los sectores más desprotegidos de la sociedad, trabajando junto a los que más lo necesitan".
Su principal legado es la promoción social activa de los más desprotegidos y la importante cantidad de entidades sociales e incluso culturales (asociadas o no a la Iglesia Católica) que ayudó a desarrollar para este fin.