En 1387 fue elegido obispo de Passau frente a Ruperto von Berg, habiendo sido nombrado por consejo canónigo y en contra de los ciudadanos, quienes intentaron impedirle el ingreso a la ciudad.
Por otra parte, Ruperto, quien no solo estaba apoyado por los habitantes de Passau, sino por la influyente familia Witteslbach, se mantuvo en la diócesis gobernando la región bávara de ésta, mientras Jorge Hohenlohe se residenciaba en San Poelten, dirigiendo la parte austríaca.
No fue sino hasta 1393 cuando Ruperto renunció a Passau, que Jorge finalmente pudo hacer su violenta entrada a la ciudad y ocupó el trono de la diócesis.
Puesto que previo a su reciente elección como emperador germánico, Segismundo era rey de Hungría desde décadas atrás, su corte y palacios se hallaban en el reino húngaro, así como su centro de poder y legitimidad.
Segismundo pronto nombró administrador de la arquidiócesis a Juan Hohenlohe y en 1419 participó en un sínodo diocesano.