Realiza la especialidad en pintura mural en la cátedra de Don Manuel López Villaseñor.
Su estancia en Italia (Roma y Venecia) influirá de manera profunda en su obra.
Con un destacable dominio del dibujo su obra nunca abandona la realidad circundante, de manera que su primera línea con entidad la plantea desde un matizado surrealismo con dosis expresionista.
Su dominio en la construcción del espacio pictórico queda apuntalado por una composición inteligente y eficaz y un diestro dominio de la luz, que dotan a su obra de una innegable fuerza narrativa.
A todo ello se suman sus reflexiones sobre el propio hecho de la pintura.