[6] Su investigación combina paradigmas conductuales con modelos computacionales y técnicas de neuroimagen humana como la resonancia magnética funcional.
En particular, su trabajo ha demostrado que, debido a que las señales faciales son a menudo complejas y ambiguas, múltiples percepciones “parciales” deben competir inicialmente entre sí durante fracciones de segundo.
Se argumenta que esta competición dinámica es fundamental para la capacidad de formar juicios sociales.
[10][11][12][13] Se cree que estos efectos están impulsados por interacciones específicas entre la circunvolución fusiforme, la corteza orbitofrontal y el lóbulo temporal anterior.
[22][23][24] Freeman forma parte del consejo editorial de la revista académica Social Cognitive and Affective Neuroscience.
[25] Anteriormente, fue editor asociado de la publicación científica Personality and Social Psychology Bulletin.