Su raro talento doble, como tallista y como escultor estuquista sólo fue igualado por Joseph Anton Feuchtmayer.
Posteriormente, a Christian se le encargó que trabajase en la iglesia abacial de la Santísima Trinidad en la abadía de Ottobeuren, para la que el arquitecto de nuevo fue Fischer y para la que Christian creó el coro, con relieves dorados, y los relieves del órgano.
Christian y su esposa tuvieron diez hijos, de los que cinco sobrevivieron a la infancia.
Trudpert cerca de Münstertal en la Selva Negra, y para esta iglesia J. J. Christian creó una pintura en relieve usando una técnica de estuco para el altar que se considera sin parangón.
[1] Otro hijo, Franz Joseph Christian (1739-1798), se convirtió en escultor y sucedió a su padre en el taller de Riedlingen.