Durante esta primera fase colaboró con el arquitecto Enrique María Repullés y Vargas (uno de los representantes del eclecticismo de la época).
A partir de este año reside en Salamanca y se casa el 15 de julio de 1893 con Juana Sánchez y Sánchez, hija del ganadero salmantino Ildefonso Sánchez Tabernero.
Su amistad con el "padre Cámara" hizo que se adentrara en la vida social de la ciudad de finales del siglo XIX.
Estas amistades lograron que fuese además arquitecto diocesano de Salamanca, Zamora y Ciudad Rodrigo.
Realiza en la ciudad diversas obras de restauración en la Catedral, la Universidad.