Joaquín de Fiore

Sus seguidores, denominados joaquinitas, iniciaron un movimiento heterodoxo que proponía una observancia más estricta de la Regla franciscana.En 1159 ingresó a la orden cisterciense y en 1188 el Papa lo liberó bajo petición propia de sus obligaciones como abad.En 1220 el papa Honorio III lo declaró perfectamente católico y mandó divulgar esta sentencia.Sus ideas sobre la historia nacen de una interpretación mística; ve en sueños un instrumento musical anómalo.[1]​ Algunos pensadores, como el rumano Mircea Eliade, ven en él a un precursor del Renacimiento, especialmente por su preconización de un “hombre nuevo” que daría lugar, por tanto, a una nueva época: “El Renacimiento no lo previeron los humanistas, sino ese visionario calabrés que fue Gioacchino da Fiore, que también preconizó un hombre nuevo.[2]​ Cada una de las tres edades tiene unas características propias y una evolución: Este historiador sabe que en aquella época se encontraban al final de la Edad del Hijo por el método histórico que utiliza.
Tabla XIb del manuscrito "Liber Figurarum", "Libro de las Figuras" del Abad Joaquín de Fiore(1135-1202) simbolizando en tres círculos la "Santísima Trinidad".
Dialogi de prescientia Dei