En Barcelona, se dedicó con afán y suerte al periodismo.Fue un discípulo aventajado de la escuela pseudofilosófica que reaccionó contra la poesía del Romanticismo.Poseyó el mismo escepticismo y la misma tendencia materialista, incluso idéntica pseudofilosofía que Ramón de Campoamor, pero a ellos sumó un afán por cantar y poetizar los adelantos científicos de la fisiología y de la mecánica, de forma que su obra resulta extraña y original.Se ha hecho célebre y proverbial la moraleja de su poema Fabulita: "Si quieres ser feliz, como me dices, / no analices, muchacho, no analices".Creó además un género poético nuevo, el arabesco, a caballo entre la dolora y la humorada campoamorianas.