Al ser un hombre joven resultó ser un concierto que llamó la atención y obtuvo mucho éxito.
Fue para él la salida a un mundo musical que le dejó deslumbrado.
Achúcarro coincidió con otros muchos músicos que influyeron en su vida como Claudio Abbado, Daniel Barenboim o John Williams.
Y volvió a tocar con él otras muchas veces en diferentes sitios, como Los Ángeles o Nueva York.
Mientras Joaquín se encontraba en Madrid estudiando el virtuosismo con José Cubiles recibió una carta de su padre diciéndole que había habido un concierto en el conservatorio y que una niña de doce años tocaba maravillosamente.
La Universidad Metodista del Sur ha contribuido conjuntamente con otras instituciones a crear la Fundación Joaquín Achúcarro.