Jing Ke es el responsable del intento de asesinato hacia Qin Shi Huang junto a Qin Wuyang en el año 227 a. C. Este golpe fue una causa de su fuerte paranoia, que años después acabaría con su vida.
El príncipe eligió para ese cometido a un espadachín frecuentemente metido en reyertas llamado Jing Ke.
Jing Ke decide llevarle la cabeza del general al señor de Qin como señuelo y como motivo para entrar en palacio.
Solicitaron una audiencia al primer ministro Li Si para que le dejaran ver al Señor de Chin, ofreciéndole como tributo la cabeza de Yuchi y un territorio, del cual tenía un mapa.
Este esquivó el golpe y desenvainó su espada, mientras un médico que formaba parte de la perpleja multitud lanzó un objeto a Jing Ke, distrayéndole.
Entonces vino la guardia de Ying Tzeng, y el emperador asestó ocho golpes a Jing Ke, matándole.
El padre del Príncipe Rojo, tratando de calmar a Ying Tzeng, ordenó matar a su propio hijo, el cual se degolló para cumplir los deseos de su padre.