Jerónimo de Cabrera
Más adelante entró en contacto con Juan Pantoja de la Cruz, quien declaraba en su testamento (1608) que Cabrera se encontraba en su casa trabajando en una serie de cuadros para un retablo encargado por el duque de Lerma.Un año después residía en El Escorial, donde bautizó a una hija, permaneciendo en aquella localidad hasta 1613, ocupado junto con Bernardino del Agua en la restauración de los frescos del claustro y otras obras no especificadas.Este mismo año contrató a la baja las pinturas al fresco de las bóvedas del Cuarto del Rey y de la Reina del Palacio Real de El Pardo.La vida de la reina hebrea se narra en nueve episodios que ocupan lo alto de la bóveda, enmarcados por la escocia, dividida a su vez en doce compartimentos triangulares, en los que se representan alegorías femeninas de las virtudes, alternando con los lunetos, en los que aparecen en tondos los doce signos del zodiaco en correspondencia con los meses del año, y las cuatro estaciones en las esquinas.Un año más tarde hacía testamento, enfermo en cama, en el mismo Real Sitio, dejando a su viuda parte de la obra hecha en Palacio sin cobrar.