Su padre, Georges P. Vanier, fue un famoso militar y diplomático canadiense, héroe condecorado en la Primera Guerra Mundial, que llegó a ser gobernador general de Canadá en 1959.
Años más tarde, Jean recordará de manera especial lo que significó para él que su padre le permitiera enlistarse en la carrera militar con solo trece años: "Jean, yo confío en ti" le dijo su padre.
En 1950 abandonó voluntariamente su prometedora carrera militar, para dedicarse, durante diez años, al estudio de la filosofía y la teología.
En esta etapa de su vida alternó el estudio con otras experiencias, incluyendo estancias en La Trappe, en Bellefontaine, en Fátima y en una granja.
En 1971 hizo realidad una idea concebida junto a la francesa Marie-Hélène Matthieu, responsable de la OCH (Oficina Cristiana para las Personas con Deficiencia).
Concretamente, de abuso sexual sobre al menos seis personas adultas y sin ninguna discapacidad.
Al concluir esta investigación y análisis histórico, las informaciones recogidas por El Arca permiten concluir que, en la década de los años 1950, Jean Vanier formó parte de un pequeño grupo clandestino que participaba en las prácticas sexuales pervertidas del padre Thomas Philippe, arraigadas en creencias supuestamente “místicas” o “espirituales”, que habían sido condenadas por la Iglesia católica.
Entre sus obras más conocidas se encuentran Cada persona es una historia sagrada, La comunidad: lugar de perdón y de fiesta, Hombre y mujer los creó, Amar hasta el extremo, Acoger nuestra humanidad, entre otros.