Su francofilia influyó en la política exterior, y concertó el Tratado de Noyon (1516) y la boda del príncipe Carlos de Habsburgo, sobrino de Margarita, con Renata, hija de Luis XII de Francia (1515), boda que no llegaría a celebrarse.Mecenas de Erasmo de Rotterdam, a quien invitó a viajar a España ofreciéndole un obispado, por su mediación el humanista dedicó al príncipe Carlos la Institutio principis christiani, manual para la formación del príncipe cristiano, y redactó la Querela pacis.[1][2] Acompañó al joven Carlos, futuro Carlos V, a España en su primer viaje, en septiembre de 1517.Su actividad como consejero extranjero, unido a la fama de que explotaba los recursos del país en beneficio propio, le hizo muy impopular y le enfrentó con los castellanos en las Cortes de Valladolid, ya en 1518.Tras acompañar también al soberano a las Cortes aragonesas, a celebrar en Zaragoza en 1518, moriría a causa de la peste declarada en esa misma ciudad, «no sin lágrimas de los flamencos, pero no le lloraron los castellanos», según escribió Argensola.