Nacido en Lovaina (Bélgica), perteneció al Simbolismo, movimiento poético-pictórico aparecido en Francia a fines del siglo XIX.
Vivió la mayor parte de su vida en Bruselas, aunque también residió algunos años entre París, Roma, Glasgow y Londres.
Durante las últimas décadas del siglo XIX, mucha gente, sobre todo en el Oeste del país, reaccionó al materialismo e hipocresía de dicho período, desarrollando un interés por el esoterismo, las ciencias ocultas y demás conceptos espirituales.
En el año de 1887 o 1888 se trasladó a París, donde conoció al Sâr Joséphin Péladan, fundador del Círculo Rosa-Cruz, un excéntrico y místico ocultista, quien se definía a sí mismo como: "un moderno rosacruz descendiente de Magos Persas".
Delville estaba perplejo por muchas de las ideas peladianas, entre ellas, su visión del artista ideal, visto como un iniciado desarrollado y espontáneo, el cual debía tener como misión irradiar luz, espiritualidad y misticísmo en el mundo.
Además de sus pinturas, Jean Delville escribió numerosos textos donde reflejaba y expresaba sus ideas.
Aunque todavía existen fotografías y dibujos del lugar, lamentablemente la casa no ha perdurado en el tiempo.
Quizás la información más extensa sobre su identidad la ha proporcionado la Biografía que su hijo Oliver escribió sobre el pintor.