Javier de Burgos y Larragoiti

Durante su juventud, y tras la muerte de su padre en Filipinas, permaneció en su localidad natal, dedicándose al periodismo, a la vez que se iniciaba en el mundo literario.

Se trasladó a Cádiz, donde se dedicó al periodismo, colaborando en diversas publicaciones de Cádiz y alcanzando cierta notoriedad.

Después de la Revolución de 1868, se instaló en Madrid, dedicándose también al periodismo, colaborando con los diarios El Contemporáneo y La Palma, del que fue director.

Autor de sainetes andaluces y otros géneros de zarzuela (zarzuela chica, pasillo cómico, juguete cómico, revista, parodia dramática), simultaneó la política con el teatro, firmando sus obras con el nombre «Javier de Burgos» (lo que ha llevado a la confusión con otros dos comediógrafos homónimos que también firmaban así: Javier de Burgos y Rizzoli y el político afrancesado Francisco Javier de Burgos y del Olmo.

De entre las más populares en su momento, se citan: De Cádiz a Sevilla (1878), I dilettanti (1878), Política y tauromaquia (1883), Los valientes, ¡Como está la sociedad!