Javier Salazar, comienza a jugar tardíamente, con dieciocho años nada más llegar a la universidad en el equipo Universidad Cardenal Cisneros.
Sin embargo, su tardía llegada al rugby no ha impedido que se convierta en un pilar potente y fuerte que tras unos años pasa a formar parte de uno de los clubes con más solera del panorama nacional el Real Club Canoe con el que jugó en División de Honor, en la European Challenge Cup y en la European Shield.
A la siguiente temporada volvió al Canoe (CRC Madrid Noroeste por entonces) que se encontraba en División de Honor B, al final de la misma consigue el ascenso con su club y decide irse a probar suerte a Nueva Zelanda.
Recaló en el mismo club en el que años atrás estuvo Oriol Ripol, el Freyberg Old Boys que tras varios partidos en la disciplina de este equipo neozelandés, es seleccionado para formar parte de los Manawatu Turbos del National Provincial Championship, que es un campeonato provincial profesional en el que los jugadores son seleccionados de los clubes de la región a la que pertenece la franquicia para participar en él.
Sin embargo, y a pesar de lo edificante que es la experiencia, decide volver con su club, con el que juega en la actualidad el CRC Madrid.