Jaime Rosell y Castañeda fue el propietario de la heredad de Benejúzar hasta su muerte, momento en que el territorio pasó a ser un señorío propiedad de su hijo.
Jaime casó con Inés Desprats y Thomas, sobrina-nieta y heredera del Cardenal Francisco Desprats.
Francisco fue obispo de León y más tarde cardenal.
Jaime e Inés tuvieron dos varones.
Jaime Rosell y Desprats como primogénito, heredó el patrimonio familiar, siendo más tarde el I señor de Benejúzar.